Aquellas tres personas parecen agradables, son tres lindas jóvenes que no deben tener mas de 21 años, una de ellas me ha sonreído, las otras dos solo me observan. Están sentadas en la banca contigua a la que esta de frente a mi, aparentemente esperan algo, pero sin prisa. Aun tienen tiempo para mirarse y platicar de tonterías, eso supongo que son por sus risas bobas. Hacen ver la vida como algo tranquilo y bello.
Lucen bien, naturales, frescas, transparentes como el cristal, estoy seguro que también huelen bien. Seria bueno conocerlas, pero están lejos de aquí, lejos del alcance de mi voz, además no estarán interesadas, en estos días nadie esta interesado realmente en nada, ni siquiera yo.
Pasaron cinco minutos, han dejado de mirarme, toda la gente parece apurada ahora, será porque ya es tarde.
Las tres chicas han subido a un viejo y oxidado camión, mientras una de ellas le pregunta algo al conductor las demás cuidan las pertenencias.
Se han marchado ya y sin darme cuenta todos los demás también han partido. Yo aun no quiero irme, podría levantarme y andar pero alguna ínfima fuerza me mantiene aquí, será la desidia, últimamente eso me ha convertido en una persona mayormente sedentaria. Si, es la desidia.
Ahora todo es soledad, en ocasiones como esta, la soledad se traduce como tranquilidad, creo que es tiempo de reflexión, reflexión que tanto me hacia falta, a eso vine después de todo, quiero volver a encontrarme conmigo mismo, quiero hallar mi individualidad, pero hay algo distrayéndome.
Las hojas de aquellos arboles han dejado de moverse, lo note hace algunos minutos, pensé que era algún efecto visual individual debido al fondo monocromático de la reja que circunda el parque, por eso no preste tanta atención, pero hay cerca de diez arboles en el jardín de enfrente y sus ramas también han estado quietas como nunca lo han estado. Hay algo aun mas extraño, el sol se ha puesto con grotesca rapidez, no tengo grandes conocimientos acerca de estas cosas pero si algo sé es que el sol no se pone a las 5pm, al menos no en esta parte del mundo y en esta época del año.
¿Sabrá algo que yo no? aquel es un astro viejo y muy sabio sin duda alguna, a lo largo de los eones ha aprendido las cosas primordiales de la vida y algo más. Algo teme, sino, hubiera continuado sin problemas sobre el cielo. Pero ¿a que le puede temer algo tan grande y poderoso como el sol?
Han pasado 45 minutos y todo sigue quieto, la temperatura ha bajado considerablemente y no he logrado sacar el asunto del sol y la quietud de los arboles de mi cabeza, por lo tanto no puedo ni reflexionar ni inspirarme ni escribir, además me resultaría imposible hacerlo ya que las luces del parque no se han accionado a pesar de la oscuridad tan penetrante, alguien debería encargarse de esas deficientes fotoceldas.
Creo que tengo una idea de lo que ocurrirá, aquello que ignoraba al principio ahora esta aquí, el frio es cada vez peor, podría congelar hasta el alma, seguramente rompería el espíritu del mas valiente, si, eso es seguro. La soledad de este lugar es devastadora, tal vez sea por eso que siento un gran peso aplastándome el pecho, dificulta la respiración.
Deseo irme de inmediato, pero mis piernas no responden, decido arrastrarme pero mis brazos no tienen fuerza, gritaría por ayuda, pero lamentablemente hace tiempo que me he quedado solo, no hay nadie aquí, nadie que pertenezca a esta vida, tampoco puedo cerrar los ojos no puedo girar la cabeza, algo siniestro esta por ocurrir, lo presiento.
Hace aun mas frio, el viento es helado y muy fuerte, aun así no oigo moverse a los arboles, el único movimiento que logro escuchar y concretar es el temblor de mi mandíbula, yo no se si es por el frio o por el miedo, trago saliva bajo un gran esfuerzo. Un momento, ¿que esta pasando? ¿Que huele tan mal? Todo esta muy oscuro, no logro ver la luna por ningún lado, al menos no dentro de mi vista periférica, apenas logro ver la banca de enfrente a pesar de estar a un par de metros de mi. Lucho con fuerzas para soltarme de mis etéreas ataduras, pero no ocurre nada, solo se que algo empezó a moverse cerca de mi, realmente cerca, detrás de los arboles inmóviles que puedo ubicar solo por el recuerdo. Ahora están crujiendo, como si estuvieran en llamas.
Solo puedo apretar los dientes mientras mi ser se sugestiona más y más, los escalofríos recorren incesantemente mi espalda. De repente, como si se tratase de una alucinación digna del opio, veo algo enorme y amorfo moviéndose en el fondo negro de la soledad, viene directo hacia mí, se mueve violentamente, el piso tiembla, es una visión espantosa la que hay en mi mente, ya que solo puedo imaginar lo que ocurre alrededor. Hay bichos caminando en mi nuca, enredándose en mi cabello, espero que solo sean insectos.
Al fin escucho a los arboles, se parten y caen, como si los empujaran y arañaran para abrirse paso, otros se oyen como si se deslizaran por el piso con voluntad propia, como si ese fuese su único recurso para poder salvarse de lo que esta a punto de suceder. Todo ocurre muy cerca y sigo si ver nada.
Sorpresivamente ahora puedo mover mi mano izquierda, lo primero que hago es saciar mi curiosidad, necesito saber que esta pasando. He logrado sacar un encendedor de mi bolsillo y encenderlo, todo se ha calmado, pero jamás debí ver lo que ocurría, es aun más espantoso de lo imaginado, es caótico, no entiendo nada de lo que veo, al parecer es una bestia descomunal, es enorme y horrible, no parece de este mundo. Tiene un aspecto gutural, sus fauces describen formas distintas a las concebidas por el entendimiento humano, logro reconocerlas por la presencia de protodientes, intento contar sus extremidades pero son demasiadas y se mueven con violencia, ¿que clase de lenguaje habla?, lo primero que me viene a la mente son aquellas grabaciones infernales de una mina obtenidas por unos destacados geólogos jesuitas en las profundidades de Islandia. A decir verdad el ruido esta ensordeciéndome, parece que quiere decirme algo. Yo solo quiero moverme y huir de aquí pero no logro siquiera mover mis pies.
La bestia esta encadenada, pero cada vez parece estar mas cerca de mi, no quiero que sea liberada, mi mano tiembla sosteniendo mi pequeña fuente de luz, lo que veo es en extremo confuso, mi corazón acelera y frena, quiere salirse de mi pecho, cada vez que la bestia exhala apaga mi encendedor.
Sigue repitiendo aquella palabra que deseo olvidar, en algún sueño previo la escuche, en algún sueño previo vi a esta bestia que dentro del REM me decía una y otra vez justo como ahora esta terrible palabra, no quiero decirla, siento que de hacerlo me condenaría al fuego del abismo, no la diré, no ahora.
Su voz va desde lo más gutural y grave hasta lo más agudo e insoportable, es algo cíclico, incontrolable.
Intento con fuerza marcharme de aquí, quiero irme pero sigo sin poder mover un solo musculo, aquel demonio se mueve con una violencia asombrosa, tiene mucha fuerza, no se que puede contener algo así, solo veo una silueta humanoide muy detrás de la bestia, las cadenas que la detienen llegan hasta sus manos, ya no quiero ver mas, apagare la luz…
Ahora todo es peor, el caos se ha extendido todo alrededor, las alucinaciones reptantes han llegado desde aquel infierno onírico que vi tiempo atrás, el que controla a las bestias me ha susurrado su nombre, se llama cracatoth, es él quien cruzó el necromantherion, me doy cuenta que no ha dejado de acecharme desde entonces. Sus ojos, si es que se les puede llamar de esa manera, son terribles, reflejan siglos de caos en el infierno congelado que ahora lo rodea, las innumerables extremidades del Behemoth, su macota infernal, retuercen y deforman el tiempo-espacio a voluntad.
La oscuridad es relativa, mi inner visión me permite ver todo el panorama, es un espectáculo fatal, al momento nada me ha perturbado más.
Esa palabra retumba en mi mente, la bestia la repite incesantemente. Ya no puedo mas, todo se esta desgarrando tan cerca y tan dentro de mi, he perdido la esperanza, el martirio que experimento es infrahumano.
De repente algo increíble sucede, justo cuando estoy a punto de ceder al caos, el ser oscuro se acerca y vuelve a susurrar a mi oído las terribles palabras que jamás olvidaré…
Todo ha desaparecido, todo lo malo que me rodeaba, pero yo se que solo se ha vuelto invisible para los ojos de los demás. El sol ha vuelto, es demasiado tarde estrella de mediana edad, las personas pasan como si nada. Ansió contacto humano, quiero creer que solo fue una pesadilla, que me quede dormido en la banca del parque, que nada fue real. Ahora puedo moverme, me he puesto de pie y comienzo a caminar.
Nada podrá hacerme olvidar lo ocurrido, los misterios inherentes a esta vida me han empezado ha perturbar desde hace tiempo, conocerlos no hizo mas que empeorar las cosas, no hay explicación humana a tales cuestiones, al menos no en las extensiones terrestres.
por pepe